Descripción del American Stanford
El
American Stanford no presume de su gran tamaño, ya que su talla es más
bien mediana, pero sí de una presencia imponente gracias a su cuerpo
musculoso y compacto. Él domina la situación, y eso puede apreciarse al
primer vistazo. Sin embargo, lejos de ser un bruto de movimientos
torpes, la elegancia de su porte le han valido la fama de ser la versión
para exposición del Pit Bull Terrier. Esa mirada tierna y llena de
agudeza muestra claramente dos de sus rasgos más característicos: la
inteligencia y la tenacidad de los que conocen su fuerza pero saben
cuándo deben hacer uso de ella.
Histora del American Stanford
No
en vano el Stanford es la versión norteamericana de su antepasado, el
Terrier de Staffordshire, que fue creado por los ingleses allá por el
siglo XIX para obligarle a luchar en peleas de perros así como en
espectáculos en los que se enfrentaban perros contra toros.
Afortunadamente estas salvajes prácticas fueron finalmente abolidas y
hoy podemos celebrar que, al menos, nos dejasen como legado una raza tan
audaz como equilibrada.
Utilidad del American Stanford
Los ejemplares de esta raza más extravertidos y confiados son perfectos
para una agradable vida en familia, pero sin olvidar en ningún momento
que el American Stanford no se educa solo, no congenia con otros perros
dominantes y no es especialmente amable con los gatos. Al fin y al cabo
se trata de una raza consciente de su enorme fuerza y con un instinto
luchador legendario.
Carácter del American Stanford
El
Stanford conserva el carácter dominante de su origen, por lo que sólo
podrán disfrutar plenamente de sus muchas virtudes aquellos dueños
dotados de experiencia en el manejo de perros que estén dispuestos a
educarle con firmeza y constancia. Por tanto no es un perro para
propietarios perezosos o sedentarios cuya idea de tener un perro sea la
de dejarle todo el día solo en el jardín. Es necesario olvidarse de la
leyenda negra que acompaña a este tipo de perros, considerados por
muchos como "peligrosos". Si proceden de un criador fiable y son
educados con paciencia y dedicación, demostrarán su excelente carácter y
su inclinación hacia los niños de la casa, así como sus dotes como
guardián, ya que en él se unen la fuerza del Bulldog y la agilidad del
Terrier. El Stanford está totalmente desaconsejado para aquellos que
quieran presumir de un perro audaz y pendenciero porque fomentando su
carácter dominante sólo se conseguirá vivir con un animal inestable y de
difícil control.
Cuidados del American Stanford
Sin embargo su gran resistencia física puede volverse contra él, ya que
el Stanford, estoico y duro por naturaleza, suele sufrir en silencio
ciertas lesiones como músculos, ligamentos y dientes rotos. Otros de
sus grandes enemigos son la displasia de cadera o de codo y un
desarrollo exagerado de los huesos y los músculos de los hombros, así
como los embarazos psicológicos en el caso de las hembras. Tampoco la
pulcritud de su pelo corto debe ser una razón para que su dueño se
despreocupe, ya que son frecuentes las alergias, el enrojecimiento y la
irritación de la piel. Para evitarlo, nada mejor que una vigilancia
rigurosa y un buen cepillado diario.
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